martes, 26 de julio de 2011

Amy Winehouse - Just Friends

Amy, cántale a los ángeles que desde aquí haremos el silencio necesario para seguir escuchandote.

Ve con Dios, se libre y descansa en paz.

Con amor, de quien no te pudo conocer en persona.

Natha

martes, 5 de julio de 2011

Una Fiesta de Locos

Era la fiesta de Primera Comunión de Daniela Escalona, nos bajamos del taxi con un regalo enorme. Tocamos el timbre de la lujosa casa y nos abrió el mayordomo. Mi tía le preguntó –Es la fiesta de Daniela– a lo que el señor respondió –Si. Puede dejar el regalo conmigo–. Así que dejamos el regalo en manos de este señor y entramos a la fiesta.

El lugar era en efecto como Disneylandia. Habían globos por doquier, payasos, algodón de azúcar, cotufas, magos, ponquesitos, piñata. Un momento, ¿Piñata en una primera comunión? –Cosas de gente adinerada– dijo mi tía.

Nos seguíamos mezclando con la gente en medio de un enorme jardín, pero nadie se le hacía familiar. No veía a quienes trabajaban con ella ni siquiera su jefe, quien era el anfitrión.

Se le acercó un señor de aspecto algo rebuscado. El bigote era tan largo como el cordón de sus zapatos, el pantalón era infinito y gris. El poco cabello que tenía lo usaba engominado.

Le dijo –Belleza, por qué tan sola–, ella le respondió –Es que no veo a nadie de la oficina–.

Bajó la cabeza ordenándome –Niña, anda a jugar con los demás muchachitos– pero no me moví, me quedé observándolo agarrada de la mano de mi tía.

Al pasar el mesonero él le arrancó una copa y se la dio a mi tía. –Gracias–. Ella no notaba que él seguía allí, estaba absorta buscando con la mirada una cara familiar. Pasado el rato notamos un ruido molestoso que comenzaba a fastidiarnos, se trataba del susurro del abejorro bigotón que no dejaba de hablarle pegado a la oreja de Nani.

Ella se volteó y le dijo –Mira mijito, tu viniste solo o te mandaron– sorprendido se le dibujó una sonrisa en la cara –vine solo mi reina, estoy soltero. Mejor dicho, divorciado, pero ella se ocupa de los muchachos. Me llamo Viktor Trapoy, soy tío de la homenajeada–. Extendiéndole su larguirucha mano

–¿Cómo me dijiste que era tu apellido?– preguntó mi tía confundida, el apellido de su jefe no era ese. A menos que el mamotreto del abejorro fuese pariente más bien de Ana, la esposa de su jefe.

–¿Entonces tu eres familiar de Ana?– dijo mi tía
–Y de la Virgen María, si tu quieres.– respondió el abejorro.

Del fondo del jardín en donde estábamos salió de en medio de la gente una señora un poco alicorada, pegando gritos y reclamando su propiedad. –¡Viktor Trapoy! se puede saber a quién le estás calentando la oreja ahora–. Recuerdo a mi tía volteando a los lados, comprobando que el rollo no fuese con ella.

La señora se plantó frente a mi tía, la miró de arriba a abajo y le preguntó –Y tu quién eres ¿La querida de turno?

Mi tía se dio cuenta de que no solo se había detenido la música, la fiesta y los gritos de los demás niños sino que el problema, en efecto, era con ella. Esta señora vestida de Dior con modales de mercado libre, se le abalanzaba con el trago en la mano. En cámara lenta se veían las gotas del trago salpicando cuando batuqueaba el vaso y los gestos que hacía de loca en reclamación.

Justo cuando mi tía la iba a interrumpir, apareció un señor que parecía un adonis.

–Por favor Mariela compórtate y deja el espectáculo. La serandeó y la puso a un lado.
Para ese momento la escena era: El adonis agarraba a la loca borracha por un brazo, el abejorro intentaba con torpeza detener al adonis por el otro brazo, los invitados hacían una rueda observando el show, mi tía no se agarraba de nadie y yo me agarraba de ella.

El adonis se excusó con un discurso presidencial con todos los invitados, en especial con mi tía. Ella lo interrumpió diciéndole –Primero, no soy la querida de nadie. Segundo, señora si usted no se quiere nadie la va a querer, mi amor, porque primero nos tenemos que querernos nosotros mismos y tercero ¿Esta es la fiesta de Daniela Escalona?

En coro, al mejor estilo de cualquier catedral del mundo se escuchó –¿Escalona? Nooo, es la fiesta de Daniela Trapoy.

– ¿Esta es la casa 57? y la segunda estrofa fue –Noooo, es la 41

Entonces por favor regrésenme mi regalo porque me equivoqué de fiesta.